miércoles, 9 de febrero de 2011

Debe ser la locura de este amor imprudente


Enojarnos, pelearnos, celarnos, calmar el viento que nos lleva a discutir, son cosas que nos pasan habitualmente. Como también lo son dejarnos llevar por palabras ajenas, por cosas que cada uno habla con los demás en momentos de tristezas, odio o desesperación, pero muchas cosas de las que decimos no son ciertas, son esos momentos que nos nublan la vista, como también el miedo, el miedo a decirnos las cosas en la cara por miedo a una reacción no esperada.
Pero en fin, no todo es malo entre nosotros, tenemos días y días: momentos en que nos reconciliamos, nos amamos, nos extrañamos y a veces simplemente queremos un abrazo. Si sigo esta relación a pesar de las peleas, es porque sé que no va a tener un fin, porque en el fondo muy fondo de mi corazón él esta presente, como amigo, como hermano... Y sé que las discusiones forman parte de nuestra vida, de nuestra amistad, porque son obstaculos que juntos tenemos que afrontar, seguir en el juego y jamás abandonar la partida.
Simplemente son cosas de la vida.

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